Despedir el verano...... y dar la bienvenida al otoño

POR ALICIA Gobernado Hernandez
02/08/2024

Tronco de árbol con un manto de hojas secas encima de la Tierra. Tiene las raíces a la vista.

En los tiempos que vivimos, parece que el momento que da paso al cambio estacional del verano al otoño, se ha quedado en poco más que historias de relatos que alguien antiguo nos cuenta.

 

Lo verdaderamente esencial, en mi opinión, es sentir que todo cambio externo acontece del mismo modo en nuestro interior, aunque no siempre van a la par en el tiempo ni en todos los individuo.

Incluso cuando el ambiente exterior parece que quiere empezar a traer vientos y hojas doradas en los árboles....  y luego vuelven los fuertes rayos de Sol en pleno mes de septiembre y gran parte de Octubre, internamente, vamos preparandonos para una vivencia distinta, que nos conecta con la parte menos visible de nosotros mismos.

 

En otros tiempos, el Equinocio era un antes y un después en las rutinas y hasta en la manera de vestir de las personas. Dejabamos atrás los pantalones cortos y las sandalias para dar uso a las primeras chaquetas de lana fina y dependiendo de la región habitada, a los leotardos o calcetines largos.

 

Ahora, es casi un hecho que desde que se cambia la hora del reloj y los días se acortan en luz exterior, nos damos cuenta de que la llegada del Otoño es inminente. Ni tan siquiera pensamos en las horas de luz artificial a las que somos expuestos, para sentir que hay una cambio, sino que simplemente,  damos por sentado que toca hacerlo así, sin más reflexión.

 

Y yo me pregunto, ¿será esta otra señal más de la desconexión que vivimos los humanos con la naturaleza en los tiempos modernos?

 

Entonces, urge habitar el verdadero sentido que nos brinda el OTOÑO, de viajar hacia dentro de uno mismo, para que la infancia restaure esa sabiduría que antes todos teníamos. 

 

Es necesario recogerse, y estar tiempo en casa, y aprender a vivir la oscuridad del día desde el sentimiento de confianza con la vida. Y este sentir sólo lo podemos nutrir estando en familia y con amigos, cultivando lo humano: sin máquinas, ni televisión, sino al abrigo de una tarde de cocina en familia, o en el disfrute de recolectar frutos de época (setas, castañas, membrillos, uvas, olivas....). 

 

Volver a vivir los procesos, sin duda, nos trae de vuelta a nuestro orígen natural. En esencia, somos NATURALEZA y habitamos el entorno cuando somos conscientes (no autómatas) de cada importante paso en la Tierra.

 

Sembrar, cosechar, cocinar, aprender a almacenar, hacer conservas, alimentarse con productos de estación.... 

 

Leer cuentos, jugar al parchís, a las cartas, dar paseos a media mañana o despúes de comer, y regresar a casa sintiéndo el viento en la cara esperando tomar una rica y calentita infusión, son recetas claves para nutrir la vivencia hogareña en la infancia. 

 

Volver a permitir el desarrollo de  cada etapa (sin anticipar el fin de la niñez y acelerar la precocidad de la adolescencia cuando no corresponde) y sentir cada estación según se merece, es una necesidad vital para la humanidad ahora. 

De este modo, contribuímos a bajar los niveles de ansiedad, estrés y tristeza que emergen de forma individual en los meses de Octubre y Noviembre, y luego forman parte del colectivo. 

 

¿Te atreves a re-vivir esta época del año?