En Septiembre...... volvemos a la escuela, con alegría y sin líos en familia.
POR ALICIA Gobernado Hernandez
12/09/2024
Para muchas familias, Septiembre viene marcado en el calendario por "la vuelta al cole" de los hijos e hijas.
Han sido meses de flexibilidad en los horarios, de tiempos de disfrute y aprendiziaje menos formal, de conciertos al aire libre, abuelos, quedadas con amigos y "terraceo" nocturno (algo que para la mayoría de los niños, es especial de las noches de verano), visitas al pueblo y un sin fin de experiencias interesantes que nos trae el tiempo estival.
Es por ello que, al menos para los niños, la vuelta al cole supone un cambio de RITMO y rutinas enorme!!!
Hablar de RITMO desde la mirada de la educación respetuosa.....
... Es poner la atención en facilitar e incorporar hábitos en el niño de forma natural, sin forzar situaciones que requieren cambios bruscos para ellos.
De esta forma, es el adulto y acompañante quien ha de realizar un trabajo sobre todo a nivel interno, integrando en las rutinas de la familia, las acciones que garanticen la máxima cobertura de las necesidades individuales (alimentación, descanso, aseo e higiene personal, ocio, expresión emocional, etc), sin exigencias o cargas hacia los niños y las niñas (del tipo "tienes que dormir ya....", " hay que comer esto...", "vamos que se nos hace tarde"....etc).
¿Qué podemos hacer como madres y padres para que este gran momento se viva de forma equilibrada?
Es imprescindible elaborar un "horario" familiar que recoja todas las actividades que se van a desarrollar, tanto de los niños como de los adultos, y donde estén reflejados los espacios y tiempos de ocio (a nivel individual y en familia).
Cuando hay familias con hijos más grandes (yo diría que a partir de 6 años pueden tomar decisiones y a partir de los 9 ya está bien para ellos ir asumiendo más responsabilidades en las cosas de la familia y la casa), ayuda hacer este horario o registro de actividades con ellos, dando espacio a que surja la autodisciplina en ellos cuando se vayan revisando los días y los logros alcanzados o los que han fallado, para verlo desde la responsabilidad que cada uno asume en el sistema familia en vez de ser algo impuesto con autoridad porque ha de ser así, sin más.
A la hora de marcar los horarios, es interesante "OBSERVAR" cómo a nivel familliar nos organizamos sin estrés, y desde ahí será más realista la acción de fijar objetivos que luego se van a cumplir sin agobios.
!CUIDADO! de nada sirve seguir manuales de orientación pedagógica sólo por confiar en algo que en teoría funciona, si no se respeta o no se cuidan las necesidades individuales propias a cada uno, también en los adultos. En este caso, surgirán frutraciones, culpas, impaciencias y reproches, y se activarán otras emociones como consecuencia de no cuidar las necesidades reales (que no es lo mismo que caprichos o deseos, ojo) , porque entonces empezarán a dificultar nuestra acción logística familiar.
"Seguir el ritmo es coherencia individual, seguir la pauta socialmente más habitual es imponernos un ritmo externo, que no siempre se ajusta al ritmo personal, y de ahí vienen las frustracciones y estreses por no alcanzar lo que para otros sí funciona".
¿Es posible disfrutar la vida familiar sin caer en la monotonía?
Entender el RITMO como una sucesión de acciones distintas que se repiten más o menos en los mismos horarios y se prolonga en estructura durante los días, equilibra la vida familiar en su conjunto, tanto a los adultos como a los niños y niñas.
El RITMO facilita la labor de planificar y organizar el uso de un espacio común ( por ejemplo, el salón o comedor de la casa se utiliza para trabajar y jugar y comer según horarios y personas de la familia), considerando las particularidadesde cada individuo y las necesidades del conjunto o sistema familiar.
Para el niño esto va a sumar estabilidad y equilibrio a su desarrollo como persona (incluso a niveles que no hace conscientes porque aprende por imitación), que le dará seguridad y fortalecerá su autoestima.
RITMO no es monotonía.
"Elaborar horarios para organizar no es lo mismo que tener una estructura fija, porque la vida y las personas somos dinámicas y pueden aparecer excepciones en el día a día que modifiquen los parámetros cualitativamente (Esto es, a lo mejor un día la cena se retrasa porque ha venido un amigo a pasar la tarde con los niños y han merendado distinto y demás. La forma de base está respetada en el horario sabiendo que después de jugar, llegará la cena; lo que se flexibiliza son las horas marcadas, entiéndase esta idea)."
Cabe nombrar que es esencial prestar atención a la flexibilidad del día cotidiano y evitar las situaciones rigidas sólo por ceñirnos a un horario que teníamos marcado.
La danza entre la monotonía y la organización flexible tiene un ingrediente clave para garantizar el éxito saludable: aportar oxígeno e intercalar en lo posible acciones más de concentración (trabajos de lectura, investigación, puzzles, escolares) con acciones de expansión (arte, música, danza, etc) sin olvidar el componente de conexión con la vida lo máximo en las rutinas diarias (paseos, parque, bosque, preparar comidas, huerto si hay, ir al mercado, entre otras).
RITMOS que facilitan la logística familiar sin olvidarnos de los "tempus" orgánicos que nos aportan identidad como seres vivos (culturales, ambientales,espirituales y sostenibles del planeta Tierra.
Para ello, vamos elaborando un ritmo a la par del transcurrir del año.
Como adultos recordamos nuestras vivencias de la niñez, lo que nos hacía vibrar de otro modo y esperar con entusiasmo cada año ese fluir del tiempo con sus fiestas tradicionales y estaciones.
Hacer un festejo de los momentos más especiales para nuestra propia familia, en cada estación, va a dotar cualidades de pertenencia cultural que fortalecerán las raíces de los hijos, desde la riqueza que aporta nuestra autenticidad individual.
En cada pueblo y ciudad, la llegada de las estaciones viene con celebraciones más o menos tradicionales o incorporadas (por ejemplo el vivir la abundancia de la cosecha en época de vendimia, y el camino hacia la ausencia de luz solar con el equinocio de otoño y el cambio horario.....).
Es un legado para nuestros hijos formar parte de esos ritmos más cíclicos de la Tierra, y con el paso repetitivo de las celebraciones cada año, ellos mismos dotarán de significado muchas experiencias compartidas.
Pasar a la acción....
Gracias al ritmo podemos encontrar un equilibrio entre las distintas actividades y acciones que realizamos, tanto en familia como solos.
El adulto ha de ser la "mano tejedora" que elabora la estructura base, sobre la que se dialogará e incorporarán más adelante las rutinas y agendas de cada uno de los miembros de la familia. Como he indicado anteriormente, en función de las edades de los hijos esto se hablará hasta acordar lo mejor para todos o se llevará a cabo (con menores de 6 años) para dejar que su desarrollo madurativo no les pese precozmente con responsabilidades que ha de asumir el adulto.
Para ello es vital que los adultos CUIDEN sus espacios de descanso y tiempo personal (incluso 5 minutos de pausa o de respiración sirven...... cero excusas).
Os invito a desarrollar la perseverancia y cultivar la atención al día a día, para no dejar que el primer momento de dificultad nos quite el ánimo por llevar a cabo una pequeña acción que añade tanto a la vida de las personas y de la familia.